Con rotundo éxito inició la noche del miércoles la Temporada Sinfónica Otoño 2008, en la Sala Principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, donde se conjugaron la excelencia artística del pianista italiano Antonio Pompa-Baldi, solista invitado, y la calidad interpretativa de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del maestro Álvaro Manzano. La temporada consta de cuatro conciertos, y es auspiciada por la Secretaría de Estado de Cultura, la Dirección General de Bellas y la Fundación Sinfonía.
La fiesta artística comenzó en el lobby del Teatro, donde los asiduos asistentes a los conciertos sinfónicos felicitaron con notable alegría a la nueva directora General y Artística de la institución, musicóloga Catana Pérez de Cuello, quien consciente del manjar musical que sería ofrecido esa noche, en lugar de subir a su palco privado, decidió disfrutar desde una platea más cercana, la arrobadora interpretación del pianista invitado.
El progr
ama inició con una magnífica interpretación orquestal del poema sinfónico la “Danza Macabra”, Opus 40, de C. Saint-Saëns, donde destacan el primer violín, el arpa, el xilófono y el oboe.
A continuación hizo su imponente entrada al escenario, Pompa-Baldi, quien justificó en forma inequívoca su rico y extenso currículo musical, ejecutando de manera convincente el Concierto No. 2 en Sol menor, Opus 22, para piano y orquesta, del compositor francés Camille Saint-Saëns, cuyos difíciles tres movimientos fueron abordados por el solista con el dominio técnico y la óptima calidad con que sólo los virtuosos como él pueden hacerlo. Pompa-Baldi debutó en Santo Domingo en el año 2002, en el tradicional concierto de Ganadores Van Cliburn, que auspicia la Fundación Sinfonía.
Llegado el intermedio, la Directora Artística acudió al camerino a felicitar a Pompa-Baldi, y lo invitó a disfrutar junto a ella, en su palco ejecutivo, la segunda parte del programa, previo a lo cual sostuvieron un ameno diálogo artístico en italiano, idioma que Catana Pérez habla en forma fluida, toda vez que realizó un postgrado de piano durante tres años en el Conservatorio Santa Cecilia, de Roma.
La fiesta artística comenzó en el lobby del Teatro, donde los asiduos asistentes a los conciertos sinfónicos felicitaron con notable alegría a la nueva directora General y Artística de la institución, musicóloga Catana Pérez de Cuello, quien consciente del manjar musical que sería ofrecido esa noche, en lugar de subir a su palco privado, decidió disfrutar desde una platea más cercana, la arrobadora interpretación del pianista invitado.
El progr
ama inició con una magnífica interpretación orquestal del poema sinfónico la “Danza Macabra”, Opus 40, de C. Saint-Saëns, donde destacan el primer violín, el arpa, el xilófono y el oboe.A continuación hizo su imponente entrada al escenario, Pompa-Baldi, quien justificó en forma inequívoca su rico y extenso currículo musical, ejecutando de manera convincente el Concierto No. 2 en Sol menor, Opus 22, para piano y orquesta, del compositor francés Camille Saint-Saëns, cuyos difíciles tres movimientos fueron abordados por el solista con el dominio técnico y la óptima calidad con que sólo los virtuosos como él pueden hacerlo. Pompa-Baldi debutó en Santo Domingo en el año 2002, en el tradicional concierto de Ganadores Van Cliburn, que auspicia la Fundación Sinfonía.
Llegado el intermedio, la Directora Artística acudió al camerino a felicitar a Pompa-Baldi, y lo invitó a disfrutar junto a ella, en su palco ejecutivo, la segunda parte del programa, previo a lo cual sostuvieron un ameno diálogo artístico en italiano, idioma que Catana Pérez habla en forma fluida, toda vez que realizó un postgrado de piano durante tres años en el Conservatorio Santa Cecilia, de Roma.
El programa concluyó con la Sinfonía No. 5 en Re menor, del compositor belga César Franck, la cual consta de tres movimientos, en lugar de los cuatro tradicionales. La ejecución de ésta pieza, de gran popularidad por su lirismo y poder instrumental, impactó en los presentes, por la calidad interpretativa de la Orquesta, bajo la experimentada batuta del maestro Álvaro Manzano, primer músico ecuatoriano con estudios completos en dirección sinfónica y ópera, quien desde febrero del 2007, funge como director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional.
La temporada continúa este martes 23, a las 8:30 de la noche, en la Sala Principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la participación de Jobim Sinfónico, dedicado a la música brasileña, en el 50 aniversario del bossa nova. El direcor invitado es el brasileño Luis Gustavo Petri.
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