miércoles, 10 de julio de 2013

JUVENTUD, DIVINO TESORO (Rubén Darío)

* Concierto Clausura Taller de Ópera y Teatro Lírico
* Sinfonía Quisqueyana- Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil
No todo está perdido en República Dominicana. Dos acontecimientos artísticos ocurridos en esta  semana, aunque ignorados por la totalidad de la prensa, así lo confirman:
El concierto clausura del Taller de ópera y teatro lírico impartido por el barítono Mario E. Martínez, el sábado 6 en el conservatorio Nacional de Música, y el concierto Sinfonía Quisqueyana, presentado por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil el martes 9, en el Palacio de Bellas Artes.
Estos dos espectáculos resultan confortantes y esperanzadores para quienes aspiramos a una sociedad sin violencia, en un país donde los grandes medios de comunicación ejercen un pugilato por destacar en primera plana el hecho sangriento del día, principalmente si están involucrados menores víctimas de la ignorancia y la manipulación del crimen organizado, mientras en cambio, desprecian los acontecimientos culturales positivos, como estos dos conciertos donde destacaron jóvenes potenciales del canto lírico, así como futuros solistas de la música clásica y de la dirección orquestal.
Qué hermoso sería ver una reseña periodística en las páginas de arte y espectáculos de cualquier medio, destacando la brillante  participación de nuestra prometedora joven soprano Raquel Payán, interpretando con su cándida voz de amateur, pero con impresionante seguridad escénica y buen dominio vocal la difícil y hermosa arieta Je veux vivre dans le rêve, de la ópera Romeo y Julieta, de C. Gounod.
De igual modo, nuestro joven y prometedor tenor Helvis de la Rosa Villalona, quien interpretó con brillantez la romanza De este apacible rincón de Madrid, de la zarzuela Luisa Fernanda, de F. Torroba.  Así como ellos, destacaron otros jóvenes intérpretes masculinos y femeninos en arias de Mozart, Verdi, Donizetti,  Scarlatti y Sullivan.
Estuvieron acompañados al piano por los profesores Porfirio Mateo y María Morel, bajo la dirección artística del Dr. Mario E. Martínez, destacado barítono dominicano, quien hizo un paréntesis dentro de sus compromisos en Estados Unidos, para impartir durante varias semanas a los participantes un taller de ópera y teatro lírico, previo a la realización de este exitoso concierto.
A solo tres días de disfrutar este hermoso espectáculo lírico, volvimos a sentirnos eufóricos con el concierto Sinfonía Quisqueyana, presentado el martes por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, la cual fue conducida por Darwin Aquino, Director titular, Fernando  Herrera, Director asociado y Rogers Peralta, director asistente. Como solistas brillaron la violinista Josefina Guzmán, el trombonista Julio Peña y la chelista Allyson Pérez.
El programa inició con Danza Eslava Op. 46 No. 8, en sol Menor (Furiant), de A. Dvorak, bajo la dirección de Fernando Herrera.  A continuación la joven Josefina Guzmán llenó las expectativas con su exquisita interpretación de la Romanza en Fa Mayor Op. 50, para Violín y Orquesta, de L. V. Beethoven, bajo la conducción de Rogers Peralta, concitando encendidos aplausos del público que colmó la sala Máximo Avilés Blonda, entre quienes pudimos destacar la presencia al maestro Julio de Windt, presidente de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil, así como de doña Margarita Copello, presidenta de la Fundación Sinfonía.
Le siguió el trombonista Julio Peña, quien hizo galas de su gran dominio de este difícil instrumento, interpretando el primer movimiento (Allegro maestoso) de Concertino para Trombón y Orquesta Op 4, de F. David, bajo la dirección de Fernando Herrera. Esta primera parte concluyó con la destacada participación de la cellista Allyson Pérez, quien interpretó el primer movimiento (Preludio: Lento - Allegro maestoso) del Concierto para Violonchelo y Orquesta en Re menor, de E. Lalo, bajo la dirección de Darwin Aquino.
Llegados al intermedio, un hijo del maestro Juan Francisco García, autor de Sinfonía Quisqueyana, la primera sinfonía dominicana, leyó una interesante semblanza de su padre, a quien estuvo dedicado el concierto de la noche, el cual concluyó con una magnífica interpretación de dicha composición musical, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, integrada por jóvenes residentes en distintas provincias del país y del Distrito Nacional, quienes desafiaron la inclemencia del tiempo, para  estar presentes en esta inolvidable noche del arte y la cultura.

Becquer escribió en una ocasión: “Mientras exista una mujer hermosa, habrá poesía”. Aplicando a nuestro país, en esta crítica fase de nuestra realidad sociocultural, la esencia de este pensamiento, nos atrevemos a expresar: Mientras existan jóvenes y niños practicando las Bellas Artes, hay esperanza.

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