SONAJEROOmega, mi “héroe” y estrella
Grisbel Medina R.
Listín Diario, Jueves 29 de Mayo del 2008
Como el León tiene demasiada gente en fila, cuchumil aliados y hasta un tal “Bigote”, decidí asumir a Omega como mi nuevo héroe nacional. Total, El Fuerte, el señor del mambo violento está tan pega’o en el Gobierno como el recio Felucho, el ministro Sund Land y el supertintado de Diandino.
Mi nuevo héroe se las trae. Es un corajudo que encuentra hasta a quien no lo anda buscando. Fue boxeador y le ganó en temple a Pepe Goico. Mi hombre es finísimo, impone estilos, viste bien y luce unos cadenones que envidiaría El Zafiro.
Para agradarle encargué inciensitos y guardé parte de la quincena para ofrecerle pastas con camarones. Con permiso de papi, bajé del pedestal a mi seductor y revolucionario Che Guevara y apeé la foto de Manolo, el líder catorcista asesinado en Las Manaclas. De la mesita quité a Minerva, la mariposa de Ojo de Agua. Ella entendería el asfixie que comparto con Raysa Moya, aquella creída que anda besando a mi líder a “trocha y mocha”.
Omega, mi héroe, es un merenguero envidiado. La gente no entiende que la vida no ha sido fácil para él. Mi Omeguín, el de naricita chata y puños tan fuertes como su apodo, es tan sensible que el Día de las Madres perfumó los barrotes de Najayo con el estribillito “Si no me amas, eeee, pa’ que me llamas, eeee” y la frasecita “tú la macaste por traicionera y ella gastándoselo con otro tiguerón”.
En Najayo, mi héroe compartió saludos con Florián y con la gente del medio que le floretea y hasta besa sus pies. Yo, acuartelada como jamona en celo, no permito que lo insulten y propaguen los cuentos de abuso, golpizas y violación que dizque mi héroe ejerció contra una empleada del motel Tía Tania y la Raysa aquella con quien anda de “chulimameo”.
Comprendan que el mambero violento tiene derecho a equivocarse. Y me resisto a creerle a la médica norteamericana Leonor Wolker, quien afirmó: “Muchas veces la persona agredida se hace aliada del agresor, creyendo que la violencia disminuirá”. Pura cháchara, ya verán como yo, la recia, seré la próxima en besuquearlo en público y retratarlo con mi celular.
Mi nuevo héroe se las trae. Es un corajudo que encuentra hasta a quien no lo anda buscando. Fue boxeador y le ganó en temple a Pepe Goico. Mi hombre es finísimo, impone estilos, viste bien y luce unos cadenones que envidiaría El Zafiro.
Para agradarle encargué inciensitos y guardé parte de la quincena para ofrecerle pastas con camarones. Con permiso de papi, bajé del pedestal a mi seductor y revolucionario Che Guevara y apeé la foto de Manolo, el líder catorcista asesinado en Las Manaclas. De la mesita quité a Minerva, la mariposa de Ojo de Agua. Ella entendería el asfixie que comparto con Raysa Moya, aquella creída que anda besando a mi líder a “trocha y mocha”.
Omega, mi héroe, es un merenguero envidiado. La gente no entiende que la vida no ha sido fácil para él. Mi Omeguín, el de naricita chata y puños tan fuertes como su apodo, es tan sensible que el Día de las Madres perfumó los barrotes de Najayo con el estribillito “Si no me amas, eeee, pa’ que me llamas, eeee” y la frasecita “tú la macaste por traicionera y ella gastándoselo con otro tiguerón”.
En Najayo, mi héroe compartió saludos con Florián y con la gente del medio que le floretea y hasta besa sus pies. Yo, acuartelada como jamona en celo, no permito que lo insulten y propaguen los cuentos de abuso, golpizas y violación que dizque mi héroe ejerció contra una empleada del motel Tía Tania y la Raysa aquella con quien anda de “chulimameo”.
Comprendan que el mambero violento tiene derecho a equivocarse. Y me resisto a creerle a la médica norteamericana Leonor Wolker, quien afirmó: “Muchas veces la persona agredida se hace aliada del agresor, creyendo que la violencia disminuirá”. Pura cháchara, ya verán como yo, la recia, seré la próxima en besuquearlo en público y retratarlo con mi celular.
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