miércoles, 1 de agosto de 2012

En apoyo a Roira Sánchez

Comparto “in extenso” la crítica sobre el musical Johnny, que publicara Roira Sánchez el lunes 30 en el periódico El Día, página 26, titulado: “Un musical muy valioso que no terminó de elevarse”, crítica que provocó agrios comentarios de Antonio Melenciano, autor de este interesante espectáculo.

Felicito a Roira por la valentía de expresar sus criterios en forma objetiva. Pudo guardar silencio para no levantar ronchas, pero prefiere publicar su crítica constructiva, como profesional seria comprometida con el buen arte. En nuestro medio existen comunicadores complacientes, para quienes todo espectáculo es bueno, por no ofender el ego de su autor o productor.

Soy amigo de Antonio Melenciano y admiro su talento y su total entrega en cada trabajo que realiza, pero ciertamente, el musical Johnny exhibió una serie de fallas técnicas que pudieron ser corregidas en los ensayos previos a la presentación especial para los periodistas, patrocinadores e invitados, pues precisamente es ésta la función más importante, ya que de la impresión que provoque el montaje en los comunicadores, dependerá el éxito taquillero del mismo.

La narración lineal de la primera parte de este musical tornó lento y aburrido el espectáculo, agravado por el exceso de diálogo innecesario, presentando aspectos sin trascendencia de la vida de Johnny y sus familiares, los cuales bien pudieron ser resumidos y manejados con más dinamismo, puesto que lo que en verdad interesa al público en este caso, es la exitosa trayectoria artística de Johnny Ventura, más que las vicisitudes de su infancia y su juventud. El elenco seleccionado por Melenciano mostró mucho talento, asimismo,  la letra y música de los temas escritos por el autor son apropiadas,  pero el manejo de las escenas no fue lo suficientemente acertado.

Ojalá el amigo Melenciano tome estas palabras, al igual que la crítica de Roira, como un bien intencionado comentario en pro del perfeccionamiento de este musical que, de corregirse las fallas técnicas y los textos innecesarios, puede volver a escena y establecer un record de presentaciones en diferentes salas del país.

Lo que escribió Roira Sánchez
EL DIA. Lunes 30 de Julio 2012

Un musical muy valioso que no terminó de elevarse

Santo Domingo.-La iniciativa del actor y director de teatro Antonio Melenciano de hacerle un musical a Johnny Ventura, es loable, estreno que se llevó a cabo el jueves en el Palacio de Bellas Artes para la prensa y patrocinadores.

Fue una puesta en escena con la ausencia del proceso de curaduría que necesita un musical.

Lamentablemente, el estreno tuvo muchos errores técnicos. La dirección del musical exhibió descuidos en casi todos los niveles. Muchos directores teatrales suelen decir: “actuar a la par de llevar el plan maestro de la obra es una locura”.

En este caso, según el programa, Melenciano llevaba la dramaturgia, dirección y producción general, letra y música de canciones originales.

No acertado
Como recurso estético, la orquesta en el fondo fue un desacierto, no fue bello, poético o simplemente coherente, pues no sumaba como hilo conductor del musical.

Otro ‘golpe mortal’ en la dirección fue elegir una forma de contar la historia de Johnny a través del distanciamiento.

El creador de la técnica fue Bertolt Brecht, recurso utilizado en el teatro político para abrir los ojos del espectador sin que se identificara con los personajes o haga catarsis.

Aquí el distanciamiento lo hacía Johnny el abuelo (Cristian Soriano) y su nieto (Nelson Sánchez), quienes siempre permanecían en un mueble y cuando había escenas emotivas del recuerdo, ellos eran iluminados por un perseguidor, se apagaban las otras luces y rompían la atmósfera que se pudiera generar.

Nunca iba a poder leerse una historia conmovedora, ya que como estilo o condición técnica no era lo más acertado.

Dramaturgia
Es el arte de crear una obra de teatro; y la del musical fue lineal, carente de puntos de giros importantes, conflictos insuficientes, fue insatisfecha, volátil.

A nivel estructural también es contraproducente, por querer unir dos historias que no lograron ser escritas bajo el auxilio de la técnica y teoría de la dramaturgia. Parecía un homenaje y no una historia que pudo encajar en ser teatro documental o teatro biográfico musical.

Actuaciones a mejorar
Jaime Viñas en su interpretación estaba sin volumen, sin vibrato, con una voz débil, tímida y sin apoyo interpretativo.

Juan Brazobán, en el papel de Johnny joven, debió debutar con más presencia actoral y vocal. Iván Mejía y Ana Javier, quienes lograron las mejores actuaciones, para un próximo deben mostrar más sus cualidades.

Final
El diseño musical y de composición debió alimentarse de la diversidad de Johnny Ventura.

No hubo cambios estructurales ni enriquecimientos rítmicos. Melenciano es un profesional con mucho talento, pero debe seguir trabajando, rescatar su fuerza creadora y continuar creando esa línea de musicales criollos, que tanto necesitamos, con mayor calidad.

Comentario de Antonio Melenciano
(en Facebook- 31 de julio de 2012)

Estimada Roira:

Me dio mucho gusto que usted escribiera sobre Johnny, El musical y espero que al igual que muchos haya salido inspirada con una historia de vida como la del merenguero. Si usted tiene suficiente tiempo trabajando en el teatro y si tiene tiempo ejerciendo el ejercicio diáfano y objetivo de la crítica teatral sabrá lo difícil que es hacer arte en nuestro país y el esfuerzo que eso implica el ensayar 4 meses para tener solo un fin de semana de presentaciones que a veces no lo compensa económicamente. Creo que lo sabes pues promueves y estás inmersa en otros espectáculos artísticos. Tener solo 3 días para montaje (Que te dá el teatro) para un espectáculo multifacético como el Teatro Musical con horarios limitados para montaje, y a veces ni permiten pagar turnos extras pues los técnicos son pocos y cumplen largas jornadas durante el día, para montar toda la escenografía, montar sonido para una banda en vivo probar 35 micrófonos, spacing para bailarines,, diseño de iluminación con la escenografía etc, el hacer la obra ya ensayada y limpia con esos elementos técnicos agregados a los artistas tienden en su primera función tener ciertos percances o fallos, los cuales acepto, entiendo sucedieron el primer día de ensayo con público para la prensa y patrocinadores, pero el solo ver las sombras del espectáculo da la sensación de una crítica no bien intencionada pues no tuvo la capacidad o sensibilidad periodística de ver las luces del mismo. Los errores técnicos suceden y se corrigen (como de hecho sucedió en las siguientes funciones que no tuvo oportunidad de ver) No sé donde estuvo usted cuando pasaron tantas cosas maravillosas en la escena.

No suelo cuestionar las opiniones, y ni criticas o comentarios de mi trabajo, De hecho es la primera vez que escribo a alguien sobre el particular, porque creo en el libre movimiento de las ideas y que las opiniones de los demás se pueden convertir en nuestros aliados siempre y cuando vayan sanamente direccionadas y con el ánimo de aportar y ayudar a mejorar. (No creo que este sea el caso) pues entiendo me pareció muy injusta y desequilibrada su crítica del día lunes 30 de julio en el periódico el día, pues daba la sensación que entró y se sentó en el teatro con la idea prejuiciada de hablar de los puntos negativos del espectáculos porque a decir verdad, he leído y re-leído su artículo y no alcanzo a ver puntos positivos en sus escritos fuera de decir que soy un profesional con mucho talento el cual le agradezco profundamente. Lo que pudo haber sido una crítica coherente y constructiva terminó siendo un comentario parcializado carente de equilibrio y objetividad. Decía Bertolt Brecht, de quien conocí sobre su obra cuando que pertenecía al Teatro de la UASD y de quien usted hace alusión, que "El Arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma"

Con respeto y cariño, Antonio Melenciano.



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