El maestro Gerardo Estrada y el pianista Alfredo
Ovalles, ambos venezolanos, demostraron sus grandes condiciones artísticas la
noche del miércoles, en el segundo concierto de la Temporada Sinfónica,
celebrado en la Sala Carlos Piantini.
Estrada lució enérgico y preciso en la dirección
de la Sinfónica, logrando una satisfactoria interpretación orquestal en la
Obertura Festiva, Op. 96, de Dimitri Shostakovich, con la cual inició el
programa de la noche. Esta composición, tal como apunta Mercedes Aróstegui
Vidal en el programa de mano, “es una obra musical llena de optimismo, fuerza,
elocuencia y energía, expresados desde el inicio hasta la conclusión de la
composición”.
A continuación, el pianista Alfredo Ovalles,
luciendo guayabera al estilo de su país, ejecutó con pasión y entrega la
Rapsodia sobre un tema de Paganini, Op. 43, para piano y orquesta, con cuya
interpretación arrancó fuertes aplausos. Esta composición, inspirada en el
capricho número 24 de Paganini, es ejecutada en forma ininterrumpida.
El
programa concluyó con la Sinfonía No. 4 en Fa Menor, Op 36, de P. I.
Tchaikowsky, estructurada en cuatro movimientos, con una duración aproximada de
44 minutos. El tercer movimiento llama mucho la atención, por su gran ímpetu
rítmico desde su inicio, donde todos los instrumentos de cuerda tocan en
pizzicato.
El
maestro Estrada se crece en la conducción de esta obra, en cuyo cuarto
movimiento (Allegro con fuoco) logra arrancar a la orquesta el sonido
brillante, optimista y victorioso con que culmina esta hermosa sinfonía, produciendo
en el público jubilosos aplausos.
En
su tercera salida al escenario, ataviado con una bufanda con la bandera
venezolana, el maestro Estrada tomó de nuevo la batuta, para dirigir la
interpretación del tradicional tema Alma Llanera.
(Fotos: David Soto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario