sábado, 11 de octubre de 2014

Un lamentable lapsus mental

En mi crónica del viernes sobre la participación del joven violinista Luis Augusto Martínez en el concierto del miércoles con la Orquesta Sinfónica Nacional, cometí un imperdonable lapsus mental, producto de la prisa con que escribí mi comentario y que no revisé antes de publicarlo, debido a la presión psicológica por tener que viajar al mediodía a Santiago al novenario por la muerte de mi hermana. 

Aunque no vale excusa alguna, mi intención era subrayar el exitoso debut de Luis Augusto en la Temporada Sinfónica 2014.

Muchas cualidades adornan a este joven meritorio, las cuales no cité porque harían muy extenso mi comentario. Entre las mismas cabe destacar las siguientes:
En enero de 1997 recibe el “Premio al Futuro”, joven sobresaliente del 1996, otorgado por la Dirección Nacional de la Juventud y la Secretaría de Estado de Deportes. 

En 1999 la UNESCO le nombra “Joven Artista de la UNESCO por la Paz” e ingresa a la Orquesta Sinfónica Nacional.

En el año 2002 por oposición gana la plaza de “Asistente de Principal de los Segundos Violines” y en el 2006, invitado por el Maestro Dante Cucurullo, toca como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional, en el concierto de conmemoración del 250 Aniversario del natalicio de W.A. Mozart. En enero del 2013 invitado por el Maestro José Antonio Molina, toca como solista en el XV Concierto Altagraciano, en la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia, de Higüey.

Además, es graduado Cum Laude en Historia y Crítica de Arte, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Con maestría en Ciencias Políticas, mención Politología, por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (INPHU), entre otras.

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